Día 13 «La custodia del corazón (I)»
Con pocas cosas colocadas y ordenadas, pero contigo en el centro de mis miradas. Y así hasta lo que no entiendo y el vértigo te lo puedo entregar.
Con pocas cosas colocadas y ordenadas, pero contigo en el centro de mis miradas. Y así hasta lo que no entiendo y el vértigo te lo puedo entregar.
Te doy mi corazón. Purifica mi mirada Dios mío. Da alegría a mi corazón y que mi cuerpo sea fiel reflejo de ella.
¿Qué hay y qué entra y dejo entrar en mi corazón? […] sed que trato de colmar amargamente, tantas veces inconscientemente.