Hoy te pido Señor por esta semana. Especialmente por el testimonio que daré el martes de lo que Tú has hecho en mí.

En misa hoy me daba cuenta y me sorprendía de lo bien que estaba. De lo a gusto que estaba. Con pocas cosas colocadas y ordenadas, pero contigo en el centro de mis miradas. Y así hasta lo que no entiendo y el vértigo te lo puedo entregar.

Gracias por el día de ayer. Especialmente por la tarde con mi hijo. Nos fuimos a ver un partido. Me encantó verle feliz del plan y de estar conmigo.

Señor sabes lo que hay en mi corazón. Lo que más me duele. Te lo entrego y no permitas que se quede enquistado dentro de mí. Sana, desata y libera.

Renuncio a uso del móvil. Me hace bien dejarlo lejos de mí.

Enséñame a amar a mis seres queridos.

Gracias por el día de hoy. He dejado el móvil en casa cada vez que hemos ido a algún lado. Lo he agradecido. Me hace bien. Estar pendiente de la realidad. Normalmente no es que me distraiga con el móvil, sino que trato de llenar un vacío, unas preguntas siquiera formuladas esperando un mensaje, una llamada o algo que ni sé qué es.

Gracias por el saludo de mi hermana. Por la alabanza de esta noche.

Te pido por el descanso de […] y su corazón. Hoy le han llevado al límite y no estaba para ayudarle. Nos preocupan nuestros hijos. Señor te pido nos des humildad, sencillez para aprender a educarlos y amarlos.

Gracias por la salida de hoy tan sencilla y bonita. Poder pedir perdón a un amigo también.

Quiero invitar a algunos a un retiro. Señor abre los corazones de mis amigos. Dales una apertura grande y planta en ellos otra semilla de tu amor, que seguro ya has plantado. Sírvete de mí.

Gracias por la mañana de hoy sencilla. Atento a los más cercanos. Mi forma de oración ha sido servir.

Ven Espíritu Santo, inunda mi corazón y hazlo cada día más semejante al de Jesús.