¿Qué hay y qué entra y dejo entrar en mi corazón?
Me he despertado, rezado laudes, desayunado solo y me he ido a hacer deporte. Ya desde primera hora antes de empezar a hacer deporte he mirado el móvil varias veces. Eso se ha repetido todo el día de vez en cuando. No lo deseo. O no me hace bien, o directamente me hace mal. Me saca de mi búsqueda, de mi sed que trato de colmar amargamente, tantas veces inconscientemente.
He disfrutado mucho de la ruta. La naturaleza y el ejercicio físico. En todo caso, se me ha hecho muy largo, no física o mentalmente, sino que veo que ni necesito tanto ni se me llama a dedicarle tanto tiempo. Sentía una llamada grande a estar en casa.
Por la tarde he estado con mis hijos. Paseo, pajarillos, juegos con ellos, lectura del diario en el parque, misa. También me ha gustado el rato de jugar con los niños durante el momento “siestas”. La llegada de mi mujer a casa alegre. Noche de «peli-pizza».
Señor te ofrezco esta noche y el día de mañana. Estoy muy sorprendido porque leyendo el diario de 2019 veo que la experiencia en palabras era la misma que vivo ahora, pero ahora hecha mucha más carne y entendiéndola. Me hace agradecer mucho a mi director espiritual.
Gracias Dios mío. Toma todo mi ser.
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