Hoy día sin parar. Laúdes, desayuno, la sonrisa de mi hijo, la alegría del otro. Con quien más luchas tengo, algo mejor por la mañana. Rosario por la mañana, impresiones rápidas y reunión con un cliente. Trabajo. Comida con una compañera y amiga. Bonito escucharla. Todo lo que decía mío: toda la espera, el sufrimiento, el sacrificio, el deseo, un corazón hinchado. No he dicho nada. Te pido Señor por ella. Enséñame Señor a compartirme.

Vuelta a casa tras un momento de oración, dándome cuenta de todo lo que haces por mí. Soy lo que soy gracias a Ti.

Ya en casa me quedo con los hijos de unos amigos. Me doy la tarde. Algo de tensión en casa. No dejes Señor que vuelva la extrañeza.

Cumple sorpresa a una amiga viendo un partido de fútbol. Estoy a gusto en esta compañía sencilla. A la vez mi corazón grita más.

Te entrego mi tiempo y el uso del móvil.

Quiero entregarme en casa. María enséñame, guíame.

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