Venga a nosotros tu Reino

¿Cómo podemos vivir en el mundo sin pertenecer al mundo? ¿Cómo es posible pertenecer al Reino de Dios si aún debemos convivir en los reinos temporales? ¿Es el Reino un estado futuro o algo que quedará instaurado en la tierra? 

Las puertas del silencio

Hace tiempo escuché el vídeo de referencia, del que más tarde encontré su soporte escrito. Se trata de un escrito anónimo de un monje cartujo.
¿Qué tiene un cartujo para mí? Mi corazón desea este silencio, busca este encuentro con Dios, esa unidad e identificación con el Creador.

El desprendimiento de las pasiones (VII)

El maestro dijo: “La purificación del corazón hace inquebrantable el espíritu del hombre, y le vuelve apto para recibir el estado que busca. La oración es la conversación de nuestro espíritu con Dios.

Día 5 «La custodia del corazón (I)»

Hoy te doy gracias Señor, por tanto. Estoy lleno de agradecimiento.
Ayúdame a custodiar mi corazón.
Distracción en el trabajo, pero veo que esta tensión decidiendo custodiar el corazón es el camino más adecuado para seguir creciendo y poniéndote en el centro. Pues voy teniendo la tensión de renunciar, de dejar vació en mi corazón solo para Ti.

La oración del corazón (VI)

No debéis poner vuestra seguridad solamente en las Escrituras de tinta, pues la gracia de Dios inscribe las leyes del Espíritu y los misterios celestes también sobre las tablas del corazón, y el corazón es el que manda y rige todo el cuerpo

Día 4 «La custodia del corazón (I)»

Estás llegando a todos los rincones de mi vida y eso me da alegría.
Renuncio al móvil y sus seducciones. Solo la herramienta quiero. Renuncio a cada mirada mal echada. A cada silencio que me ha aísla. Al ruido que me hace huir.

Día 3 «La custodia del corazón (I)»

Ven Espíritu Santo. Inúndame de serenidad. Da paz a mi alma. Esta noche hemos estado con unos amigos. Tal y como preveía ha sido convulso. Espero para bien. Creo que he dicho las cosas que tenía que decir. Es verdad que tanta violencia no sé si es necesaria.

La importancia del arrepentimiento (V)

Cuando el príncipe del mal y sus ángeles anidan en vuestro interior, vuestro corazón se convierte en un sepulcro. Si esos pensamientos se convierten en señores dentro de vosotros, ¿acaso no estáis muertos para Dios?